domingo, 12 de mayo de 2013

La alimentación infantil



Afluencia más que destacada en la primera de las charlas organizadas por la asociación Maternidad y Crianza de Benicarló el pasado sábado 27 de abril en el MUCBE. La conferencia, a cargo de la pediatra Lupe Palau, sirvió para despejar dudas sobre la alimentación del bebé en el primer año de vida, una etapa clave para conseguir un crecimiento y desarrollo adecuados.

La pediatra Lupe Palau explicó los pasos para alimentar a los niños de forma saludable
Lupe Palau explicó en su intervención que el primer año es el periodo de crecimiento y desarrollo más rápido en la vida del niño, pero también es el momento en el que “es más inmaduro y vulnerable”. Por ello, es especialmente importante “asegurarle una alimentación suficiente y adecuada, con el triple objetivo de satisfacer sus necesidades nutritivas, mantener el estado de salud y prevenir estados de deficiencia y enfermedades crónicas, además de empezar a crear unos buenos hábitos alimentarios”.
La pediatra incidió en que hasta los 6 meses la leche materna es el alimento más adecuado y  plenamente suficiente para nutrir al bebé. Además, el bebé que es amamantado según su demanda no necesita tomar ningún otro líquido ni agua (salvo en caso de fiebre alta o diarrea intensa),  ni zumos,  ni infusiones, ni tan siquiera en épocas de calor. La leche materna aporta cantidades equilibradas de agua y solutos en cualquier condición climática. En el caso de que no se disponga de leche materna extraída, es preferible adelantar la alimentación complementaria a los 4 meses que dar fórmula artificial, procurando aumentar las tomas de pecho cuando la mamá y el bebé estén juntos.

La introducción de los alimentos fue otro de los aspectos que se tocaron a lo largo de la charla. En este sentido, las primeras comidas con alimentos distintos a la leche materna o artificial deben considerarse como la introducción a un nuevo modo de comer y no como un sustituto de la leche, ya que “la mayoría de alimentos complementarios son de una calidad nutricional inferior a la leche materna. Se introducen para complementar la lactancia materna, no para desplazarla”.
Ya con 6 meses cumplidos se le ofrecerán diariamente y en pequeñas cantidades alimentos ricos en hierro (carne, legumbres… y más adelante pescado y huevo).
 
Afluencia de público en la conferencia
Los últimos estudios recomiendan introducir el gluten en pequeñas cantidades alrededor de los 6 meses (nunca antes de los 4, ni tampoco más allá de los 7 meses) y a ser posible, mientras el bebé sigue tomando pecho. La introducción gradual del gluten mientras el niño aún sigue tomando pecho, parece que puede prevenir la aparición de la celiaquía, la alergia al gluten y la diabetes infantil. En cambio, el riesgo de enfermedad celiaca aumenta en los niños que no están tomando lactancia materna en el periodo de introducción del gluten, especialmente si se introduce de forma temprana o en grandes cantidades. 
         A partir del año, el niño que toma pecho puede  (si lo desea) tomar yogures, derivados lácteos y leche de vaca entera. Al bebé que deja de mamar antes del año se le dará fórmula adaptada hasta que el pediatra nos lo indique. 
La introducción de nuevos alimentos será más sencilla si se ofrecen de forma calmada y positiva, se reconocen y respetan las señales de hambre y saciedad del bebé, ofreciéndole alimentos cuando manifiesta interés, y sin insistir si sus gestos son de rechazo o saciedad, y si se admite que el rechazo a alimentos nuevos es normal, aunque suele ser temporal.

Alimentación a partir del primer año
La doctora Añó explicó que a partir del año de edad, la dieta del niño o niña se va ampliando de forma progresiva, de manera que durante el segundo año se vaya igualando a la del resto de su familia. 
En lugar de dar la comida triturada se pueden utilizar alimentos blandos, que el niño o niña pueda coger con los dedos, como guisantes, garbanzos, queso fresco, trocitos de carne, plátano maduro, etc. O bien otros aplastados con el tenedor. Así pues, conviene dejarle explorar la comida con las manos y la boca, y también que usen solos la cuchara y el tenedor, aunque lo haga torpemente.
La dieta será lo mas variada posible, al igual que la del resto de la familia. Se suele recomendar hacer tres comidas principales junto con varios tentempiés.
A esta edad la cantidad de leche necesaria es de 300-500 ml al día (o su equivalente en derivados). El niño o niña que es alimentado con lactancia materna, no necesita tomar ningún otro tipo de leche, pero no hay ningún inconveniente en que tome leche o sus derivados si lo desea.
A partir de los 18-24 meses disminuye notablemente la necesidad de energía para el crecimiento y dejan de tener mucho apetito. Las porciones deben ser adecuadas a la edad del niño o de la niña.
Es aconsejable desconectar la televisión durante las horas de comer y aprovechar para charlar con el niño o niña y con el resto de la familia. La TV atrapa la atención de niños y niñas y dificulta que aprendan a comer por sí solos. Por otra parte, cuando se come con la vista puesta en la TV, se suele comer más cantidad de la necesaria.
El apetito de los niños y niñas varía no sólo con el ritmo de crecimiento y la actividad física, sino también con factores como cansancio, frustración, enfermedades menores, miedo y contexto social. Así pues, se ha observado y demostrado que los niños y niñas pequeños consumen cantidades adecuadas de nutrientes y energía si se asegura su acceso a una amplia variedad de alimentos de todos los grupos, evitando aquellos excesivamente dulces, salados o condimentados.

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