jueves, 5 de septiembre de 2013

Las madres estamos solas

Tal vez tengamos mucha gente a nuestro alrededor o tal vez no. Quizás tengamos pareja o quizás no. Puede que tengamos hermanas, primas y amigas o puede que no. Pero, sea como sea, cuando nos encontramos con nuestro bebé, el primero, el segundo, el tercero... ¡qué más da!, de repente nos damos cuenta de que estamos solas con nuestras decisiones. Solas con lo poco que sabemos de bebés, niños y niñas, solas con lo que intuimos, con lo que nos contaron, con lo que nos parece cierto y lo que nos parece mentira. Solas con lo que nos aconseja nuestra madre, que poco o nada tiene que ver con lo que nos explica nuestra suegra, que apenas se acerca a lo que recomiendan pediatras, enfermeros, pedagogos con título o de los de salón. La lactancia, cómo y dónde duerme el bebé, cogerle en brazos, cómo llevarle... todo es un posible debate en el que nosotras, las madres, debemos callar, escuchar y aprender.
Emociones posparto
Y es que, al convertirnos en madres, nos damos cuenta de todo aquello que desconocemos. De todo aquello que deberíamos saber y no tenemos forma de aprender y que haremos sobre la marcha, sin mucha información, o sin ninguna, tirando de ideas preconcebidas o de opiniones ajenas. Nuestra voz, nuestro instinto, está dormido. Porque casi ninguna madre cuenta a otras madres que está sola y perdida, que nos equivocamos cien veces cada día y que nos arrepentimos ciento una... casi todas nos ponemos una máscara de normalidad y decimos "todo va bien". Y entonces, al hecho de estar perdidas y sin saber qué hacer, se suma el hecho de sentirnos raras, si a todas les "va bien" a mí me pasa algo, pero también callamos. Una especie de pacto secreto que nos hace guardar silencio y no contar los sinsabores, altibajos, decepciones, encontronazos que también tiene el ser madre y que no eliminan lo bueno, pero existen.
Por eso, las mujeres y madres tenemos que re-organizarnos y volver a conectarnos unas con otras sin máscaras ni medias verdades. Volver a sentarnos juntas, mirarnos a los ojos y compartir espacios y tiempos. Lentamente y sin prisas, espacios y tiempos tan puérperos como nosotras mismas, donde no haya que ser otra ni hacer caso a consejos, sólo un lugar para desnudarse, callarse, mostrarse y sólo ser nosotras y nuestros bebés. Grupos de apoyo a la lactancia, a la crianza, redes de mujeres... los llamemos como los llamemos, son hoy más necesarios que nunca, porque nos devuelven, como un eco, nuestras propias preguntas con sus respuestas.

Texto de Nuria Otero Tomera de la web: www.todomaternidad.com

La Asociación Maternidad y Crianza dispone de un grupo de crianza que se reune los martes por la tarde a partir de las 17.30h en el aula 6 del Casal Municipal de Benicarló.

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